lunes, 21 de noviembre de 2011

YO TAMBIÉN ESTOY INDIGNADO, POR EL ÉXITO DE LA DEMAGOGIA


Adolfo Guerra Gómez
 Habilidades directivas
ED Rivas Business School

Según la RAE, demagogia es la degeneración de la democracia consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
Cuando eres joven, eres un ignorante, porque solo puedes saber de teorías. Y la teoría, si no casa con la práctica, es fallida. Sin experiencia, no se puede ser un experto. Solo tienes las buenas intenciones, la ilusión y la inocencia. Eres carne de cañón para los demagogos.
Y hoy nos encontramos con montones de espontáneos desencantados y preocupados por su futuro (sobre todo jóvenes) manifestándose contra los políticos. Contra todos los políticos. Y políticos apropiándose de la causa.
En realidad ¿qué piden? ¿Saben de verdad lo que piden y cómo conseguirlo? Ortega y Gasset decía: “El pensamiento es un ejercicio tan increíblemente difícil que la mayor parte de la gente prefiere juzgar.”
Pero ¿cuál es el problema? Es algo muy concreto: el paro, que afecta a más del 40% de los jóvenes. Eso es un gran problema.
Entonces ¿la culpa del paro es de todos los políticos? Veamos la historia reciente, los hechos:
1.      En los últimos 28 años, el gobierno de España ha estado en manos de PSOE (13 + 7=20) y PP (8).
2.      Durante el gobierno del PSOE de Felipe González, el paro siempre se mantuvo alrededor del 20%. Y la administración del estado siempre fue deficitaria, manteniendo la inflación y los tipos de interés altísimos (del 14% al 18%). No obstante el país siguió creciendo, gracias a la inmensa inyección de dinero de los fondos de cohesión europeos, cuyo logro fue mérito personal de Felipe.
3.      Cuando el PP llegó al poder, bajó los impuestos, bajando las retenciones del IRPF. El consumo se incrementó y España entró en un ciclo de crecimiento y creación de empleo que duró 10 años, reduciendo el paro a la mitad (10%). La gestión pública dejó de ser deficitaria, obteniendo el estado superávits del 1%.
4.      Cuando el PSOE de Zapatero volvió al poder (2004) en principio no cambió nada. Pero dejó de bajar los impuestos y, así, en 2007, el estado obtuvo un superávit del 2%, retirando del mercado una excesiva cantidad de liquidez que provocó el cambio de ciclo. En las elecciones de 2008 ya llevábamos tres meses generando paro y Zapatero propuso devolver el dinero que habían retirado (los famosos 400€) en lugar de bajar los impuestos. Pero ya era tarde. Cuando a un caballo que va a la carrera le quitas el oxígeno, no se para, se cae. Y en 2 años volvimos al 20% de paro y los déficits del estado.
En el 2008 se produjo el colapso de Lehman Brothers, la intervención de Merrill Lynch, etc., estallando la crisis financiera mundial, agravando la crisis española.
Lo indignante es la utilización de este hecho por parte de los socialistas para traspasar la culpa de la crisis española a otros, a los enemigos imaginarios que siempre han visto: al capital. Esa figura de los malvados poderosos que se aprovechan de los pobres y de los que ellos nos defienden. En las críticas de los ignorantes siempre se incluye la crítica a la banca, a la gran empresa, imaginando poderes oscuros.
Cuando has trabajado en multinacionales y a base de estudios, esfuerzo y acierto llegas a puestos de dirección, ves la realidad. Ves que el 90% del capital está en manos de pequeños ahorradores y que la gestión la llevan profesionales que se han ganado a pulso sus difíciles puestos. Ves que llevan la responsabilidad de miles de puestos de trabajo que la empresa crea e intenta mantener.
Y eso para que lleguen los puñeteros inútiles que no saben hacer la o con un canuto a decir que lo que mueve tus decisiones va contra el pueblo, que te aprovechas de otros, que eres una mala persona.
Y todo eso viene del miope punto de vista del marxismo, que habla de la explotación del hombre por el hombre en las empresas, olvidando por completo el valor de la iniciativa, la visión, la ilusión, la apuesta, la valentía de afrontar el riesgo, la ambición de construir algo importante, que tienen los emprendedores, y que mueve el mundo occidental. Son los que crean riqueza en un mundo libre, no dirigido por “iluminados bien intencionados”. Cuando trabajas muchos años en empresas grandes, te das cuenta de que hay gente que merece muchísimo más que otros. Te das cuenta de que la igualdad no es justa.
Es curioso que el fascismo sea considerado una aberración y, sin embargo, la máxima expresión del marxismo, el comunismo, ya no está mal visto. ¿Acaso la historia no ha demostrado que el comunismo también lleva a los mismos resultados? ¿Cómo es posible que siga habiendo un partido comunista con representación parlamentaria? ¿Es que ser de izquierdas, aunque seas extremista, es mejor que ser de derechas? ¿Acaso no han demostrado los chinos la diferencia que hay entre cuando eran una dictadura de izquierdas y cuando, en la práctica, han pasado a ser una dictadura de derechas, permitiendo y fomentando la iniciativa privada?
¿Cómo consigue la gente de izquierdas distorsionar la visión de la realidad para que parezca que ellos son buenas personas y los demás son peores?
Porque recurren a la demagogia.
Cuando les oyes hablar se les llena la boca de grandes palabras: igualdad, solidaridad, justicia social (lo de social han de añadirlo para justificar su especial visión de la justicia), libertad (entonces ¿por qué es malo el liberalismo?).
Se autodenominan “progresistas”. Pero los hechos demuestran que los únicos que progresan cuando ellos gobiernan son ellos mismos ¡y cómo!
Controlan la mayor parte de las cadenas de televisión, utilizándolas como sistema de lavado de cerebro permanente. Hasta los cómicos de izquierdas les hacen campaña constantemente.
Machacan a la competencia. En el PP están los liberales y los conservadores. Pero para ellos, todos son la derechona. Aprovechan la imagen poco racional de los conservadores (religiosidad, tradicionalismo, nacionalismo) para denigrarlos.
Hablan de solidaridad pero pactan con independentistas. Se dicen solidarios pero tienen en el gobierno a ineptos que no han estudiado nada y logrado nada a nivel profesional cobrando unos sueldazos. ¿Es solidaridad quitarle el dinero a quien se lo ha ganado para dárselo a quien no se lo ha ganado? ¿La solidaridad real no debería ser voluntaria?
Los demagogos logran dar una imagen radicalmente diferente de su propia realidad. Zapatero está tan quemado porque ya se le ha visto. Decía un día una cosa y al mes siguiente lo contrario, y los resultados le aplastan. Rubalcaba conserva una excelente imagen; se nos olvida que él puso en marcha el sistema de educación que ha llevado a los estudiantes españoles a uno de los peores resultados de Europa. Y su gente les adora. Les considera héroes.
¿Y qué hacen los del PP? Siguen manteniendo al frente a un individuo puesto a dedo cuando tenían las elecciones aparentemente ganadas. Y que no es popular. Siempre está por debajo de los líderes socialistas en las encuestas. Y se rodea de gente con imagen de “pijos”. Tienen para elegir todo lo que quieran. La gente más preparada y más experta en gestión real está en sus filas (en las socialistas solo cuentan con catedráticos y sindicalistas; casi ningún buen gestor). Y no hacen nada. Siguen haciendo sus listas a dedo.
Los jóvenes manifestantes de las plazas no culpan a los socialistas; culpan a todos los políticos. ¿Qué quieren, una revolución? Usan los mismos mensajes que en el inicio de la revolución soviética y del nazismo. Es el triunfo de la demagogia. Es el triunfo de la ignorancia. Ya lo decía Julio César, uno de los mejores estrategas políticos y militares de la historia: “Un necio con buenas intenciones puede llegar a ser muy peligroso”.
Circula ahora por internet un vídeo hecho por un estudiante de arquitectura que cuenta, de forma ingeniosa, el origen y desarrollo de la crisis del ladrillo en España. Los de la sexta le han dado publicidad, porque echa la culpa del origen de la crisis a Aznar, a su ley del suelo. Este vídeo dice que el crecimiento español se basó en el ladrillo, desbocado por esta ley. Ni menciona las bajadas de impuestos. Ni menciona que (como saben los economistas, que no los arquitectos) si hay algo que dispara la oferta pero no la demanda, lo único que ocurre es que bajan los precios. Aquí no hubo bajada de precios. Porque sí hubo incremento de la demanda. ¿Qué la produjo? El crecimiento español lo produjo el incremento del consumo (consecuencia de la bajada de impuestos) y afectó a todos los sectores. Esto produjo un efecto llamada a los inmigrantes. 5.000.000 de nuevos ciudadanos sí que suponen un incremento impresionante en la demanda de vivienda. Si a esto sumamos el descenso de los tipos de interés logrado por la eficacia gestora del gobierno del malo-malísimo Aznar y estabilizado con el ingreso en el euro, lo cual permitía adquirir viviendas más caras, llegamos al boom del adosado. Pero no fue solo eso. También vino el boom de los centros comerciales, la privatización de las empresas nacionales consiguiendo por fin tener multinacionales españolas importantes, el desarrollo del turismo rural, etc.
En lugar de hablar de sentido común, usémoslo. Hay unas realidades incuestionables en la política:
1.      Las políticas acertadas tienen un resultado positivo.
2.      Las políticas equivocadas lo tienen negativo.
3.      El equivocado nunca lo reconocerá, sino que echará las culpas a otros o a las circunstancias.
Saquemos las conclusiones lógicas de nuestra realidad: unos han tenido ciertos resultados durante 20 años. Otros durante 8. Y no son los mismos. Entonces ¿a quién hay que echar a la calle?
Hay un viejo refrán que dice: “Si cuando eres joven no eres de izquierdas, es que no tienes corazón; y si cuando eres mayor no eres de derechas, es que no tienes cabeza”.

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