sábado, 19 de noviembre de 2011

¿EXISTEN LOS CICLOS ECONÓMICOS?


¿Existen los ciclos económicos? [primera parte]

Julián de Unamuno Hierro
José Luis Cuenca Tadeo
Economía
ED Rivas Business School

Las fluctuaciones a corto plazo son oscilaciones periódicas de la actividad económica en torno a su tendencia. A estas variaciones observadas en las series temporales económicas a corto plazo se las conoce  comúnmente como ciclos comerciales (trade cycles) en Gran Bretaña, como ciclos de los negocios (business cycles) en EEUU, y como ciclos económicos en general Tienen un comportamiento irregular, recurrente y un carácter autoreforzante que les dota de una cierta forma.
La morfología del ciclo económico consta de cuatro fases que se repiten en su comportamiento a lo largo del tiempo: expansión, auge, contracción y recuperación. Se suelen utilizar otros términos para describir estas etapas. Para auge y recuperación se suelen utilizar cumbres y valles o punto de inflexión superior e inferior. Para la expansión se suele hablar de fase ascendente (upswing) y, para la contracción fase descendente (downswing). En los textos científicos quizás es mejor evitar vocablos como boom, derrumbre (slump) e incluso recesión o crisis debido a la confusión lógica entre elevado y creciente o su duración.


En la figura se representan dos ciclos sucesivos (RAR' y R'A'R") diferentes pero con la misma terminología. El primer ciclo muestra una trayectoria creciente, mientras que en el segundo es decreciente. Si nos fijamos únicamente en el primer ciclo (RAR’), la terminología y su representación en la figura es la siguiente: a la recuperación, o punto mínimo, o valle se la representa por la letra R; la fase de expansión (RA) va desde R hasta A; el auge, o punto máximo, o cumbre (A); la fase de contracción (AR')  va desde el punto A hasta R’; la longitud del ciclo o duración temporal es la distancia horizontal RF; la amplitud del ciclo es la distancia vertical AH; y las trayectorias son RR' (creciente)y R'R" (decreciente).
La mayor oscilación de la actividad económica tuvo lugar entre 1929 y 1945. Primero se contrajo la economía en la Gran Depresión y posteriormente se expansionó hasta un auge de producción entre guerras. Anteriores auges estuvieron asociados a sucesos tales como la “fiebre del oro” de California o la construcción de los ferrocarriles. Mientras que las anteriores tuvieron lugar durante las posguerras, acompañadas de sus correspondientes inflaciones, o como resultado de perturbaciones financieras, como el pánico de 1907.
Justificar y construir un ciclo económico no es una tarea fácil. Caracterizar y delimitar la duración de sus fases, a veces, es variada, confusa y contradictoria. Se suele ver claro en el caso de la contracción, periodo en el cual toda la actividad económica desciende, porque su impacto social, que es más acusado en las clases bajas y medias, se materializa en una aceleración del desempleo. Esto plantea un problema que es definir lo lejos que debe de ir el descenso de la actividad económica, para que se declare una recesión. Su caracterización tiene implicaciones políticas y económicas ya que ningún gobierno desea ser acusado de crear una recesión. Aunque el ciclo político ya fue estudiado en 1944 por el economista keynesiano polaco Michael Kalecki que preveía que cuando el gobierno ha aprendido a actuar sobre la economía, puede generar un ciclo relacionado con los periodos electorales.
En EE.UU existe una organización de investigación, fundada en 1920, privada, sin ánimo de lucro y sin adscripción política dedicada a promover un mayor conocimiento de cómo funciona la economía llamada Oficina Nacional de Investigación Económica (National Bureau of Economic Research, NBER). La oficina principal está en Cambridge, Massachusetts, con oficinas adicionales en Palo Alto, California y Nueva York.  http://www.nber.org/
El NBER es el guardián de las llaves, y quién declara qué es, y qué no, una recesión. No considera recesión a cada ligero descenso de la economía. Este debe ser significativo para ser calificado como tal.
La contrastación de dicha calificación es principalmente histórica, y consiste en comparar si el descenso actual es lo suficientemente largo y severo, como los descensos pasados, para ser calificados como “recesión”.
Pero necesitamos una definición simple y clara, pues no podemos aguardar siempre a pasar revisión a la historia para utilizar un término tan habitual últimamente como el de recesión. Geoffrey H. Moore, estudió los ciclos económicos durante muchos años en el NBER y definió la recesión como “un descenso en la producción, en la renta, en el empleo y en el comercio, que dura habitualmente de seis meses a un año y que viene marcado por contracciones generales en muchos sectores de la economía”.
Antes de 1980 y actualmente se utiliza una definición más sencilla de recesión, que consiste en aceptar que una economía camina hacia una recesión si durante dos trimestres seguidos su tasa de crecimiento del PIB desestacionalizado es negativa. Es decir, cuando en unidades monetarias constantes los datos de las principales magnitudes declinan.
La contracción termina en un punto de recuperación o punto de inflexión, es decir, un punto de giro en el que la actividad económica está en su punto más bajo. Este viene seguido de una fase de expansión, en la cual la producción, los beneficios, el empleo, los salarios, los precios y los tipos de interés, generalmente aumentan con distintos ritmos de crecimiento.
Históricamente, el auge da paso a una nueva contracción, este punto de giro superior se asocia a menudo con un pánico financiero, como así ocurrió con el pánico de 1907 o con el “martes negro” el 19 de octubre de 1929, cuando quebró el mercado de valores. Puntos máximos recientes han sido el ocurrido a finales de 1973 y que coincidió con la guerra en el Oriente Medio, el embargo petrolífero y un alza espectacular de los precios del petróleo.
No sólo es difícil determinar cuándo una contracción llega a ser lo suficientemente fuerte como para clasificarla de recesión. También es complicado decidir cuándo una recesión importante debe denominarse depresión. No existe una definición comúnmente aceptada de depresión. Harry Truman la definió como “lo que le ocurre a uno, cuando se queda en el paro”, diferenciándolo de la recesión que es “cuando se queda en el paro tu vecino”.
La depresión de los años treinta fue profunda y duradera, el paro fue severo y persistente y ello ocurrió antes de que se hablase de una depresión. La definición de depresión, debería exigir que el desempleo estuviese en niveles de dos dígitos (igual o superior al 10%) durante dos años completos.
No obstante, sea cual sea la definición de depresión, no hay duda de que este término se debería emplear para describir la década de los años treinta y seguramente la que actualmente acontece, al menos en España.
Continuará

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